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Como hace aproximadamente 60 años, Japón quiere volver a sorprender al mundo con una nueva innovación y mejoramiento en su sistema de transporte, haciendo especial enfoque, en los trenes. Por eso, para Japón es crucial desarrollar una nueva tecnología para no perder su título de pionero y líder en el ferrocarril de alta velocidad.
El país japonés, en concreto, cuatro empresas y con un poco de ayuda del gobierno, estan desarrollando el denominado maglev o también llamado transporte de levitación magnética. Este sistema de transporte incluye la suspensión, guía y propulsión de vehículos, principalmente trenes, utilizando un gran número de imanes para la sustentación y propulsión a base de la levitación magnética.
Este método tiene la ventaja de ser mucho más rápido, sigiloso y agradable que los sistemas de transporte actuales.
La tecnología de levitación magnética tiene el potencial de superar los 6440 km/h en un túnel al vacío, fuera de ellos, no representan una velocidad tan eficiente, debido a que el consumo de energía se emplea para superar la resistencia del aire, al igual que con cualquier otro tren de alta velocidad.
La mayor velocidad obtenida hasta ahora, es de 603 km/h en la ruta Yamanashi el 21 de abril de 2015. Todo esto es debido a la ausencia de contacto físico entre el carril y el tren hace que la única fricción sea con el aire, y esta se reduce al mínimo por su forma aerodinámica.
El tren que alcanzó esa velocidad, es el maglev, ya que pueden viajar a muy altas velocidades, con un consumo de energía elevado para mantener y controlar la polaridad de los imanes y con un bajo nivel de ruido, pudiendo llegar a alcanzar los 650 km/h. Estas altas velocidades hacen que los maglev puedan llegar a convertirse en competidores directos del transporte aéreo.
El tren que está en funcionamiento, Shinkansen, la velocidad más alta ronda los 320 km/h, queriendo batir esta velocidad, ya que Japón ahora se enfrenta a una intensa rivalidad, con los gigantes de trenes europeos en Francia y Alemania, y también con China.
Hasta lo mencionado anteriormente parece todo bueno, pero, el inconveniente se basa en el alto costo de las líneas, aproximadamente 64 millones de dólares, lo que ha limitado su uso comercial.
Su precio elevado se debe principalmente al altísimo costo de la infraestructura para la vía y el sistema eléctrico, y también, el alto consumo energético. Por este motivo, en Alemania se ha rechazado por el momento la construcción de líneas maglev.
De momento, todo se encuentra en modelos prácticos que se siguen desarrollando en el país, donde esperan que los ferrocarriles reemplacen incluso hasta a los aviones, debido a que podrían superarlos en cuanto a velocidad.
Si toda esta tecnología que se está desarrollando sale como se espera, el operador de trenes líder en Japón, JR Tokai, buscará exportar la tecnología del maglev a otros lugares del mundo.
Mientras tanto, toca esperar para ver realmente hasta donde puede avanzar esta tecnología, ya que sin lugar a duda, será un sistema de transporte que impactará a todo el mundo.
