La naturaleza sin lugar a duda, siempre nos va a sorprender con sus inmensos paisajes y su biodiversidad, que por tantos años se mantendrá.
Uno de los paisajes más apreciados son, las cascadas, donde esta destaca por su altitud y sus espléndidas vistas. Hablamos de la cascada más alta del mundo con sus 979 metros de altitud, de los cuales tan solo 807 son caída continua, mientras que el resto son pequeños saltos de agua, igualmente impresionantes.
Esta cascada se llama Salto Ángel, ubicada en el Parque Nacional de Canaima (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994), en Venezuela.
De una enorme columna de agua que brota furiosamente de la imponente pared de roca descarnada del tepuy Auyantepuy cae con un ensordecedor bramido y desaparece entre una densa bruma de agua pulverizada antes de alcanzar el río Churún.
Los geólogos coinciden en datar este lugar como anterior a la irrupción de la vida sobre el planeta, de igual manera no hay mucha convingencia acerca de quién descubrió el Salto Ángel. Los venezolanos lo atribuyen al explorador Ernesto Sánchez, que en 1910 notificó el hallazgo al Ministerio de Minas e Hidrocarburos en Caracas.
La historia, sin embargo, ha querido dejar como su descubridor al piloto norteamericano Jimmy Angel, que en 1937 aterrizaba accidentadamente sobre la cima del tepuy convirtiéndose oficialmente en el primer ser humano que ponía el pie sobre el Auyantepuy, dato suficiente para bautizar la cascada como Salto Ángel, en su honor.
En el siglo XXI, fue una de las 28 finalistas en la elección de las Siete maravillas naturales del mundo.
El tiempo y la naturaleza hacen de este lugar algo especial y sus visitantes se sienten como en otro mundo. Este lugar único le da la oportunidad de integrarse con la naturaleza de una manera directa y real. El ecoturismo por excelencia ofrece un mundo por descubrir.