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Museo de la biodiversidad construida en la franja panameña

Esta edificultura representa un sitio muy especial para la naturaleza panameña, ¿conoces el istmo de Panamá?, pues el biomuseo lo muestra en su total esplendor atreves de su llamativa estructura metálica.

Por si no lo sabias, el istmo de Panamá es una pequeña franja de tierra que no sólo separa el Océano Pacífico del Atlántico, sino que también es el punto de encuentro entre América del Norte y América del Sur, haciendo posible una mega biodiversidad y permitiendo que los animales terrestres puedan moverse entre los dos continentes.

Debido a la importancia de estudio de esta zona, se pensó en la creación de este proyecto el cual lo llevo a cabo Gehry, un reconocido arquitecto que a menudo basa sus trabajos en esculturas reconocidas.

Es por ello que calza perfecto en el concepto de lo que nosotros conocemos como edificulturas en este espacio, muestra de ello es  Walt Disney Concert Hall en Los Ángeles, la Casa Danzante en Praga, el Pez Dorado en Barcelona o la obra más conocida internacionalmente,  el Museo Guggenheim en Bilbao.

Tanto éstos como muchos otros de sus proyectos le valieron ser conocido como “el apóstol del revestimiento de metal corrugado”.

En cuanto a la construcción de la estructura se puede destacar su gran complejidad y la poca experiencia en el lugar de construcciones de este estilo, en donde fue necesario realizar un modelo a escala real para que los trabajadores aprendieran a instalar los componentes de las distintas etapas de la construcción.

Aunque a primera vista la simetría no parece estar presente en el diseño, fue necesario trabajar con una precisión absoluta en el momento de ensamblar la estructura cuyas vigas no permitían un error de más de 6mm.

Para ello se recurrió a tecnología BIM que permitió detallar el complicado marco del techo y los soportes.

La obtención del tamaño real, la ubicación y la geometría de las partes principales de la estructura se realizaron mediante la importación del modelo 3D del arquitecto al programa de estructuras de Tekla, dando como resultado un gran ahorro de tiempo y costes.

El biomuseo está cubierto por una enorme e irregular estructura de acero con doseles de metal de colores brillantes en referencia a los coloridos edificios y techos de zinc de la arquitectura vernácula de las casas caribeñas.

Las vigas que se encuentran debajo de las planchas metálicas están construidas como si fueran el dosel de un bosque tropical o una desordenada telaraña blanca y cada una soporta una sección del techo.

A diferencia del museo de Bilbao, revestido en titanio, en este diseño se quería que el bullicioso y curvilíneo Biomuseo de Panamá  hiciera referencia con sus brillantes colores a la cultura local.

El diseño fragmentado y asimétrico comprende paneles ondulados en el techo en un atrevido collage de formas que reflejan, según el arquitecto, el ambiente tropical y cubren la estructura de hormigón macizo.

Lo más importante dentro de la construcción de este proyecto es que puso en práctica la nueva tecnología BIM para poder solucionar los grandes problemas que representan grandes diseños, como el caso de la unión de perfiles metálicos para formar las complejas cerchas que con anterioridad debieron ser muy bien estudiadas para que cumplan con los esfuerzos mínimos requeridos.

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