El estadounidense Donald Trump y el norcoreano Kim Jong-un, son dos personalidades muy parecidas y que resultan impredecibles en sus decisiones, asi mismo, pueden cometer cualquier locura, dado el afán guerrero que muestran en sus continuas actitudes.
Si el actual presidente norcoreano llega a la conclusión de que Estados Unidos está preparado para lanzar un ataque contra su régimen, se verá tentado a atacar primero. Su incentivo para moverse con rapidez se verá alentado por las versiones periodísticas, en las que se asegura que entre los planes de guerra de los yanquis está un intento de derrocar al líder norcoreano.
En opinión de expertos en la materia, “la estrategia de Kim Jong-un depende de que se anticipe en el uso del arma nuclear antes de que Estados Unidos lo aniquile o de que las fuerzas especiales localicen sus misiles. De hacer algo, tendrá que mover las fichas primero”.
Trump tiene bien en claro que las intervenciones militares son el factor clave para recobrar la imagen de grandeza que prometió a sus votantes.
Pocos días después de bombardear Siria, ordenó lanzar una bomba de gran calibre en Afganistán. Varias personas del círculo interno de Trump creen que el presidente realmente se está planteando la posibilidad de dar el primer golpe en Corea del Norte.
Pero si Kim Jong-un llegó a la misma conclusión, puede que sea el líder norcoreano el que dé el primer paso.
La tensión avanza…