Las playas artificiales son una tendencia en auge, en donde aquellas ciudades o pueblos que no tienen el privilegio de vivir al lado del mar se deciden por construir playas artificiales.
Las playas artificiales están ganando popularidad en todo el mundo, en donde podemos encontrar varias en lugares como Mónaco, Hong Kong, París, Berlín entre otros.
Algunas localidades aprovechan sus ríos y construyen playas fluviales; otros se deciden por acondicionar las piscinas como si de la costa caribeña se tratara y otros se declinan por llenar de arena las azoteas de sus edificios y construir pequeños oasis playeros en plena ciudad.
Pero hay una que es espectacular llamada Seagaia Ocean Dome, siendo una de las playas artificiales más grande del mundo, ubicada en Miyazaki, Japón.
Se inauguró en 1993 junto con el resto del complejo, con otros hoteles y cabañas, con un costo aproximado de 2 billones de dólares. La entrada a este lugar, rondaba los 50 dólares. En 2007, cerró sus puertas para realizar una profunda reestructuración estructural y económica, ya que los costos operativos eran muy elevados.
Lamentablemente, diez años después, en el año 2017, fue demolida, quedandose exclusivamente con el conjunto de hoteles, donde algunos de ellos habían recibido importantes renovaciones que no incluían la cúpula.
Esta playa artificial, formaba parte del inmenso complejo Sheraton Seagaia Resort, tiene unas dimensiones de 300 metros de longitud y 100 metros de ancho, aproximadamente 14.000 toneladas de agua y 600 toneladas de arena, contando con un decorado espectacularmente realista, con una capacidad para 10.000 personas.
Contaba con un volcán artificial que expulsaba fuego, miles de toneladas de arena artificial, cientos de palmeras y con el techo retráctil más grande del mundo, la cual garantiza un permanente cielo azul, incluso en los días lluviosos.
El volcán se activaba cada 15 minutos y expulsaba fuego cada hora, mientras que los surfistas pueden disfrutar sobre sus olas artificiales. Lo curioso es que a solo 300 metros de distancia se encuentra una playa de verdad, pero mucho menos bonita y espectacular.
En el interior de este lugar, la temperatura del aire se mantenía alrededor de los 30º C y la del agua en torno a los 28º C, dando la sensación de que estamos en un verano constante.
También, a la hora de entrar en las instalaciones se debían cumplir unas medidas básicas. No se podían introducir mascotas, el calzado de calle se debía quedar fuera de la playa, estaba prohibido comer salvo en las áreas prefijadas y sobre todo, fumar estaba determinantemente prohibido.
Sin lugar a duda, si lo que buscamos es verano inacabable, tuviéramos que visitar este lugar en donde no nos importaría o preocuparía el tener un mal clima, y únicamente pasaríamos un día relajado, aunque tampoco hay que olvidar, que las playas naturales siempre serán una mejor opción si se cuida el entorno donde vivimos.