El Planeta Azul, es un enorme acuario ubicado a muy pocos kilómetros de la capital danesa, que con su construcción imita las formas del agua, siendo el acuario más grande y moderno del norte de Europa.
La construcción se inició en octubre de 2010 y se terminó en la primavera de 2013. Los fondos para llevar a la realidad este proyecto fueron de 735 millones de euros y la superficie del edificio es de 9.000 m².
Arquitectónicamente el acuario, tiene la forma de un remolino, como el de una bañera natural de hidromasajes, asociada a los remolinos de los peces, las aves y las corrientes marinas.
Desde el aire se aprecia en su totalidad el remolino y desde el suelo se recibe la sensación de estar en un edificio que flota en una piscina de reflexión circular, con un interior que te llevará a través de diversos mundos orgánicos.
Su estructura principal es de acero, recubierta con placas de aluminio del tipo “culebrilla”. Los materiales de construcción se basan en la simplicidad, la flexibilidad, y la calidad, todos aparentemente esenciales para las líneas de diseño, el clima y un proceso de envejecimiento suave.
Los materiales de menor calidad, propensos a la corrosión, a un mal aislamiento o a un mal envejecimiento habrían resultado demasiado costosos a largo plazo.
Una estructura de acero pesada soporta las principales cargas, ayudada por prefabricados y muros de hormigón realizados in situ. El esqueleto está bien envuelto en lana aislante y revestido con placas de aluminio Rheinzink, con la textura de piel de un pez.
Desde la entrada, el visitante camina en el vórtice del torbellino, el vestíbulo rotonda, y se adentra en el espiral hacia los 53 acuarios e instalaciones.
El vestíbulo circular es el punto central de la navegación en el acuario. Aquí los visitantes eligen qué río, lago u océano desean explorar. Al permitir múltiples rutas el riesgo de las colas delante de los acuarios individuales se reduce.
Cada exposición tiene su propio tema y entrada desde el vestíbulo, donde se utilizan imágenes y sonidos para introducir la atmósfera de los diferentes espacios expositivos. El restaurante goza de una magnífica vista del mar, que comienza a pocos metros de distancia.
Sin lugar a duda, un increíble acuario para todas aquellas personas que disfrutan de este tipo de ambientes.